14/10/07

Cada uno por su camino

Después de milenios sin escribir nada -- ya, ya sé Carolina, tenías razón -- tengo que reconocer que estoy en etapa de parón, tengo intentado millones de veces sentarme aquí delante y escribir algo, pero no se me ocurría nada interesante para decir. Después, todos esos millones de momentos se fueron, y ya me quedé sin tiempo ni ganas para hacerlo...

La verdad es que me han pasado muchas cosas, quizás demasiadas y algunas sin explicación concordante. Incluso algunas no me afectaban directamente a mi, pero siempre ando por el medio de los follones de todo el mundo, no sé como me arreglo... Así que, en resumen, he estado muy ocupada intentando arreglar vidas o hacerlas más bonitas (cosa difícil o casi imposible) pero no he logrado nada, creo que mis tiempos como psicóloga están en decadencia.

Hace unos días, paseando con un amigo, me decía que nos habíamos quedado solos aquí, en Ourense. Tenía razón. Por más vueltas que le doy, después de tantos años viviendo juntos, después de una carrera terminada o a punto de caramelo, nos hacemos mayores y cada día nos cuesta más separarnos de nuestros amigos. Pero ellos se van, cada uno hace su vida y mientras unos nos quedamos por aquí, intentando no modificar mucho nuestras costumbres para cuando vuelvan, la verdad es que se hace duro convivir en una ciudad de extraños sin tus "extraños favoritos".

Es una época triste, de despedidas fugaces, que se supone que poco durarán "porque ahora no hay distancias y siempre nos podremos ver cuando queramos" y "estamos a un paso y tenemos llamadas gratis". También hay despedidas para siempre, de esas que no te crees que serán así ni te imaginabas un final tan decadente, pero todo viene junto, se te acumula y hay que superarlo como mejor se puede. Todas las despedidas dejan un sabor amargo, aunque con el tiempo te acostumbras a ese sabor.

El caso es que cada vez hay menos personas que te atan al sitio donde vives, y la monotonía a veces puede conmigo. Cubres huecos con trabajo y estudios, pero no es suficiente, y cuando llegas a casa el vacío se hace enorme y no sabes como pararlo, así que te dejas llevar y pasan los días y las semanas como un tren de alta velocidad, no hay manera de frenarlo.

En resumen, poco a poco cada uno labra su camino, y por desgracia no siempre estaremos juntos, así que aprovecharemos todas las oportunidades que se nos brinden para poder ser un poquito más felices de tener gente querida al lado. Mientras, toca cubrir huecos, aunque algunos sean duros o casi imposibles de cubrir.


Quizás tarde en volver a escribir, quizás me venga la inspiración y reaparezca. Por el momento dejaré esto en stand-by, no tengo tiempo, y tampoco muchas ganas.
Gracias a vosotr@s por ser fieles a lo que escribo, aunque ultimamente sea poco, pero este blog necesita más cuidados de los que le doy ultimamente y ahora no puedo cuidarlo (ni a él ni a los blogs que visito) como se merecen.

Un besiño.