10/11/07

A veces...

... las pequeñas cosas de la vida son las que más te hacen sonreír.

Por la noche del Samaín (nuestro Halloween particular, que yo no me quiero americanizar...) invité a cenar en mi casa a unos cuantos amigos y amigas que hacía tiempo que no veía. Como éramos unos cuantos y estoy acostumbrada a tener el piso vacío (cosas que tiene una cuando vive sola) me tuve que ir al bazar chino que montaron justo enfrente de mi portal (afortunadamente) a comprar de última hora - a las 8 de la tarde-noche - unos cuantos platos y vasos para que los invitados tuviesen todos donde comer y beber al menos.

Mientras esperaba que llegasen las primeras ayudas en la cocina fui preparando los entremeses y demás, faltaban un par de horas para que llegase el mogollón (8 personas en mi piso son muuuchas!!) y quería terminar todo con tiempo suficiente.

Sonó el telefonillo. Pensando que sería alguna de mis ayudantes de cocina (que gustosamente se prestaron a ayudarme) fui antes de nada a descolgarlo, ya que tenía una cebolla en la mano y estaba a punto de hacerla pedacitos, que cara se les quedaría si les abro la puerta toda llorosa... Pero no era ninguna de ellas.
Al otro lado del telefonillo se escuchó una voz de niño diciendo "noche de samaín, truco o trato?". Me dio la risa floja. Estos niños de ahora mucho aprenden, en el cole les explican lo que es el samaín y lo mezclan con las pelis de terror y su "truco o trato" para sacar beneficio en donde timbren. El caso es que me hizo gracia que me timbrasen, así que les abrí el portal y dejé que subieran. Cuando abrí la puerta de mi piso me encontré a 3 niños (2 niños y una niña) subiendo por las escaleras (debían tener prisa por subir, porque no esperaron ni a subir en ascensor a un 3º!!), sin disfrazar y con una sonrisa de oreja a oreja.
Suerte que en mi casa siempre tengo, en la entrada, un bol con caramelos y chocolatinas para las pocas visitas que tengo. Se lo ofrecí a los niños, que cogieron un puñado de ellos cada uno, me dieron las gracias y se fueron más contentos que un cuco, como se suele decir por aquí. Mientras yo, me quedé con la risa floja de la noche de samaín, no me esperaba para nada una visita así, pero me alegró la noche.

Lo curioso fue que, a principios de esta semana, cuando salía de mi casa para trabajar por la mañana temprano, toda dormida todavía, estaban unos niños esperando el bus del colegio delante del edificio, que yo recuerde nunca antes había visto a niños esperar ahí el bus, pero bueno... Como iba medio sopa ni me fijé en ellos, pero cuando iba calle arriba a buscar mi coche, escuché a uno decirle a los demás "ehhh, esa es la chica que nos dio caramelos el otro día!!". Me paré, eché la vista atrás, y vi a uno de los niños de pie en un banco de la calle señalándome. Me sonrió y me dijo "hola!!" con toda efusividad. Le respondí y seguí andando hacia mi coche con la misma sonrisa de tonta que te queda cuando te pasa algo curioso, y ahí se me quedó todo el día.


Esa fue mi nota de humor en la festividad de todos los santos este año, a ver que toca para el próximo :)



Curiosidades varias de la vida... en próximos capítulos: cómo aprovechar cualquier situación favorable para ligar con una desconocida (y salirte el tiro por la culata)

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Pregunta del día: ¿Cómo no voy a ser risueña con las cosas que me pasan?
Frase del día: "Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos." - S. Agustín de Hipona
Canción del día: Paul Potts -- impresionante...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto que a veces pequeñas cosas nos alegran el día :) aunque sea sólo el saludo del niño, pero yo creo que esas cosas merecen la pena y mucho!

Carolina dijo...

Me alegra que hayas vuelto y aún más que lo hagas con una sonrisa!!!


Un gran beso,

Javier Gómez dijo...

¡Qué vives solaaaaa! eso no puede ser! hazme un hueco que em voy a ir a vivir contigo ejjejee