Tiempos atrás

Hoy se me ha dado por recordar, recordar cosas que ni siquiera habían tenido importacia para mi hasta este momento...

Me he acordado de cuando me cogiste de la mano, me sacaste del local dónde estábamos y, en plena calle, lloviendo sin parar, me besaste. Fue el beso más tierno que jamás me habían dado, fue, sin duda, el mejor beso de mi vida.

Yo, en aquellos momentos no lo pude aceptar, no podía estar contigo por unos motivos o por otros, así que me aparté y te di mis explicaciones. No sé si me entendiste, tampoco me preocupé de si lo hacías; sólo podía pensar en que aquello no podría ser posible.

Desde aquella hicimos nuestra vida normal, siendo los mejores amigos del mundo, confidentes para ciertas cosas, y evitando acercarnos a escasos milímetros por si nos sucumbía la tentación. Siempre había podido contar contigo, lo sé, nunca lo había dudado y nunca me habías decepcionado, así que aquel maravilloso beso quedó en el olvido y no volvimos a hablar del tema.

Meses más tarde te alejaste de mi. No sé si fue paulatinamente o de pronto, mi mente no recuerda cosas tristes, pero aquel vacío que dejaste en mi nadie más lo pudo llenar. El tiempo pasó, te seguía viendo, pero tú tenías otros amigos, otros lugares que visitar, sin mi.
Cada vez nos veíamos menos y eso me dolía, así que encerré mis sentimientos en una caja fuerte y decidí que el tiempo lo curaría. Eras mi amigo y eso nunca cambiaría.

Tenía razón. Algún tiempo después nos volvimos a encontrar y nada había cambiado. Después de todo la amistad había perdurado en los dos y eso me llenó de alegría.

Como siempre, salimos de copas, y, una vez más, nos fuimos alejando de nuestro círculo para poder hablar más tranquilamente. Volvimos a hablar de nosotros, de nuestra vida en común y por separado. Allí, sentados en aquel sofá, decidimos que pasara lo que pasara (aún a sabiendas de que cada uno tenía su vida) jamás perderíamos eso que teníamos: nuestra amistad.

La noche fue pasando rápidamente, el tiempo siempre corre demasiado cuando estás a gusto, y al final, cuando nos quisimos despedir, nuestros cuerpos no nos dejaron.
Nos fuimos juntos, y allí, delante de nuestros coches ya dispuestos a llevarnos a nuestras casas, me volviste a besar.
Las sensaciones que yo experimenté en aquel lugar nunca las podré expresar con palabras. Nunca, y repito, nunca volví a sentir un beso tan lleno de ternura, de cariño y a la vez de pasión. Aquella noche no escapé de la oportunidad de sentirme querida, yo también sentía el deseo de poder estar contigo una vez más. Y así, juntos, abrazados y besándonos, echamos hasta el alba.
Sabía que después de aquella noche seguiríamos nuestras vidas, cada uno por su lado, pero siempre unidos.

Así fue. Mi vida puede ser mejor o peor, puedo estar de bajón o ser la mujer más feliz del mundo, puedo tardar horas o meses en verte, pero sé que si te necesito estás ahí, como siempre.

Hoy, paseando en el coche, me he acordado de todo esto, no sé si es casual o era por una necesidad innata de volver a verte, pero lo he sentido, me he acordado de tus besos, de tus caricias y de todo cuanto necesitaba en aquellos días.
Sé que no me leerás, pero sólo es una forma de expresar mis sentimientos.

Gracias por todo aquello que me diste, y que me sigues dando, aunque sea en la distancia.

Un beso.