23/8/05

Bruja de nacimiento

"Niñooooos, parad quietos!!", replicó su madrastra.

Los niños no hacían más que correr por el pasillo adelante, de un lado para otro. No se cansaban de jugar juntos y eso su madrastra no lo podía soportar. Odiaba tanto a esos pequeños que su vida no tenía sentido si no hacía lo imposible por verlos sufrir.

Pero los niños tenían ideado un plan. En cuanto acabara el colegio se irían de aquella casa para siempre.
No eran hermanos, pero se habían hecho inseparables desde el día que llegaron a aquella casa.

Susana era hija del marido de la "bruja" (como ellos la llamaban) y su anterior esposa. Tenía 10 años, pero aparentaba 13. Era muy alta, con unos grandes ojos verdes que llamaban la atención a todo el que se cruzaba con ella. Siempre fue la favorita de su padre, tan dicharachera y divertida que nada la hacía llorar. Pero todo esto había cambiado desde que su padre se había vuelto a casar.

Alejandro había sido adoptado por los padres de Susana antes de que su madre muriese. Era un niño muy vivaz, de 8 años pero muy alto para su edad. Tenía el pelo rubio, brillante, y una mirada azul muy dulce. Tenía también un corazón que no le cabía en el pecho, y era muy maduro para su edad.

Desde que su madre había muerto, los niños se habían sentido un poco apartados de su familia. Su padre se había casado con una bruja, y ni siquiera había consultado con ellos, cuando antes lo solía hacer siempre.
Pero a pesar de sus tristes vidas, ellos intentaban hacer lo posible por pasarselo bien, así que mientras estaban en casa jugaban y se divertían entre ellos como si el resto del mundo no existiese. De vez en cuando invitaban a amigos suyos a su casa, y echaban tardes enteras jugando todos juntos.

Su madrastra era una bruja. Hacía lo imposible para que los niños no se divirtiesen, para que estuvieran quietos sin moverse en todo el día. Su padre viajaba mucho y pensaba que los dejaba en buenas manos, muy lejos de lo que pasaba en realidad.

Un día, en uno de sus muchos juegos, los niños empezaron a correr por el pasillo pegándose el uno al otro con un periódico viejo. No tenían juegos nuevos, ni siquiera un balón o una muñeca. Su madrastra nunca lo habría permitido, su misión en la vida era estudiar, estudiar y estudiar, y de jugar nada de nada, así que los pobres tenían que divertirse con lo poco que tenían por su casa para matar sus tiempos de ocio.
Nunca se hacían daño, y si se lo hacían pronto paraban sus juegos y se curaban sus heridas entre risas, jaleo y alboroto. Era todo perfecto. Ellos y su mundo.
Pero cuando la bruja los vio tan felices con un simple periódico de papel, jugando y correteando como niños que eran, los cogió de una oreja a cada uno y los mandó sentarse en la cocina mientras ella hacía la "cena" (la verdad es que de cocinar no tenía mucha idea...).
Allí se quedaron toda la tarde, sentados, callados, aburridos.

Ahí fue cuando idearon su plan de escapada.

El último día de clase, Susana y Alejandro llegaron radiantes de ilusión a su casa. Su madrastra se extraño muchísimo de tal efusividad así que decidió espíarlos mientras deshacían su mochila de la escuela.
Ellos estaban atareados en quitar sus libros y meter algo de ropa, para que nadie sospechase, pero cuál fue su sorpresa, que al salir del cuarto de Alejandro y dirigirse hacia la puerta de salida, apareció su madrastra detrás de ellos diciendo que no se iba a ir nadie de allí.

Los niños corrieron rápidamente hasta la puerta perseguidos por la bruja. Alejandro la abrió, cogío a su "hermana" de la mano agarrándola bien fuerte, y salió de aquella casa echando fuego.
Pero la Susana se quedó atrás. Por mucho que Alejandro hizo por llevársela, su madrastra la retuvo y no pudo escapar. Allí se quedó llorando por su intento de fuga fallido.

Pero el tiempo pasó, y Susana, meses después, pudo escapar por fin de aquella prisión que la retenía.
En cuanto salió intentó desesperadamente encontrar a aquel niño que tan feliz la había hecho, pero no lo encontró durante mucho tiempo.
Tuvieron que pasar muchos meses antes de verse de nuevo, pero el reencuentro fue fenomenal.

El resto, fue cosa del destino... Sólo ellos dos saben lo que pasó :)

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Pregunta del día: (sin pregunta) Gracias, inspiración ;)
Frase del día: Todos los príncipes azules destiñen (menos uno xD)
Canción del día: Fix you - Coldplay

2 comentarios:

Tuxina dijo...

A mí eso de una chica de ojos verdes que vivía en casa de una bruja que no sabía cocinar me suena...
Creo que la conozco... de vista, ya sabes ;)

Bicos.

Unknown dijo...

Tus capacidades imaginativas desbordan cuando quieres. No tengo ni idea de quien puede ser esa chica de la que hablas.

Pero si esta historia no es real!! Desde cuando hay madrastras brujas por ahí sueltas?? Hasta me dirás que les das una manzana envenenada y se mueren!!

Los de tu generación estais un poco idos eh :p

Fdo.
MeiGhiNha (la loca) xD