"Niñooooos, parad quietos!!", replicó su madrastra.
Los niños no hacÃan más que correr por el pasillo adelante, de un lado para otro. No se cansaban de jugar juntos y eso su madrastra no lo podÃa soportar. Odiaba tanto a esos pequeños que su vida no tenÃa sentido si no hacÃa lo imposible por verlos sufrir.
Pero los niños tenÃan ideado un plan. En cuanto acabara el colegio se irÃan de aquella casa para siempre.
No eran hermanos, pero se habÃan hecho inseparables desde el dÃa que llegaron a aquella casa.
Susana era hija del marido de la "bruja" (como ellos la llamaban) y su anterior esposa. TenÃa 10 años, pero aparentaba 13. Era muy alta, con unos grandes ojos verdes que llamaban la atención a todo el que se cruzaba con ella. Siempre fue la favorita de su padre, tan dicharachera y divertida que nada la hacÃa llorar. Pero todo esto habÃa cambiado desde que su padre se habÃa vuelto a casar.
Alejandro habÃa sido adoptado por los padres de Susana antes de que su madre muriese. Era un niño muy vivaz, de 8 años pero muy alto para su edad. TenÃa el pelo rubio, brillante, y una mirada azul muy dulce. TenÃa también un corazón que no le cabÃa en el pecho, y era muy maduro para su edad.
Desde que su madre habÃa muerto, los niños se habÃan sentido un poco apartados de su familia. Su padre se habÃa casado con una bruja, y ni siquiera habÃa consultado con ellos, cuando antes lo solÃa hacer siempre.
Pero a pesar de sus tristes vidas, ellos intentaban hacer lo posible por pasarselo bien, asà que mientras estaban en casa jugaban y se divertÃan entre ellos como si el resto del mundo no existiese. De vez en cuando invitaban a amigos suyos a su casa, y echaban tardes enteras jugando todos juntos.
Su madrastra era una bruja. HacÃa lo imposible para que los niños no se divirtiesen, para que estuvieran quietos sin moverse en todo el dÃa. Su padre viajaba mucho y pensaba que los dejaba en buenas manos, muy lejos de lo que pasaba en realidad.
Un dÃa, en uno de sus muchos juegos, los niños empezaron a correr por el pasillo pegándose el uno al otro con un periódico viejo. No tenÃan juegos nuevos, ni siquiera un balón o una muñeca. Su madrastra nunca lo habrÃa permitido, su misión en la vida era estudiar, estudiar y estudiar, y de jugar nada de nada, asà que los pobres tenÃan que divertirse con lo poco que tenÃan por su casa para matar sus tiempos de ocio.
Nunca se hacÃan daño, y si se lo hacÃan pronto paraban sus juegos y se curaban sus heridas entre risas, jaleo y alboroto. Era todo perfecto. Ellos y su mundo.
Pero cuando la bruja los vio tan felices con un simple periódico de papel, jugando y correteando como niños que eran, los cogió de una oreja a cada uno y los mandó sentarse en la cocina mientras ella hacÃa la "cena" (la verdad es que de cocinar no tenÃa mucha idea...).
Allà se quedaron toda la tarde, sentados, callados, aburridos.
Ahà fue cuando idearon su plan de escapada.
El último dÃa de clase, Susana y Alejandro llegaron radiantes de ilusión a su casa. Su madrastra se extraño muchÃsimo de tal efusividad asà que decidió espÃarlos mientras deshacÃan su mochila de la escuela.
Ellos estaban atareados en quitar sus libros y meter algo de ropa, para que nadie sospechase, pero cuál fue su sorpresa, que al salir del cuarto de Alejandro y dirigirse hacia la puerta de salida, apareció su madrastra detrás de ellos diciendo que no se iba a ir nadie de allÃ.
Los niños corrieron rápidamente hasta la puerta perseguidos por la bruja. Alejandro la abrió, cogÃo a su "hermana" de la mano agarrándola bien fuerte, y salió de aquella casa echando fuego.
Pero la Susana se quedó atrás. Por mucho que Alejandro hizo por llevársela, su madrastra la retuvo y no pudo escapar. Allà se quedó llorando por su intento de fuga fallido.
Pero el tiempo pasó, y Susana, meses después, pudo escapar por fin de aquella prisión que la retenÃa.
En cuanto salió intentó desesperadamente encontrar a aquel niño que tan feliz la habÃa hecho, pero no lo encontró durante mucho tiempo.
Tuvieron que pasar muchos meses antes de verse de nuevo, pero el reencuentro fue fenomenal.
El resto, fue cosa del destino... Sólo ellos dos saben lo que pasó :)
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Pregunta del dÃa: (sin pregunta) Gracias, inspiración ;)
Frase del dÃa: Todos los prÃncipes azules destiñen (menos uno xD)
Canción del dÃa: Fix you - Coldplay
2 comentarios:
A mà eso de una chica de ojos verdes que vivÃa en casa de una bruja que no sabÃa cocinar me suena...
Creo que la conozco... de vista, ya sabes ;)
Bicos.
Tus capacidades imaginativas desbordan cuando quieres. No tengo ni idea de quien puede ser esa chica de la que hablas.
Pero si esta historia no es real!! Desde cuando hay madrastras brujas por ahà sueltas?? Hasta me dirás que les das una manzana envenenada y se mueren!!
Los de tu generación estais un poco idos eh :p
Fdo.
MeiGhiNha (la loca) xD
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