Todo cambia, nada permanece

A veces intento mirar hacia el futuro, en un intento de ver lo que será de mi vida y de la gente que me importa dentro de algún tiempo. Lo hago, fantaseo un rato, y mucho tiempo después me doy cuenta de que siempre me equivoco... No doy una a la primera.


Cuando era pequeña, mi ilusión de mayor era trabajar con animales, estudiar zoología o biología, o alguna carrera por el estilo. Nada más lejos de la realidad: aquí estoy, en informática, que no tiene nada que ver con todos mis sueños de niña.
Pero me ha gustado el cambio, es una de las pocas predicciones que no me ha importado fallar.

También de niña solía pensar que mis amig@s del parvulario y yo estaríamos juntos toda la vida, que nunca nos separaríamos. Una vez más, mis predicciones fallaron y uno de mis amigos del alma se fue a otro colegio antes de terminar parvulitos. Poco a poco todos nos fuimos distanciando aunque aún conservo amig@s de aquella época (con 5 ó 6 años), que nos vemos por la calle y nos saludamos con un efusivo abrazo :)

Durante el resto de mi infancia y adolescencia fui así, haciendo predicciones y fallándolas una y otra vez. En esa época todos cambiamos mucho: cambiamos de gustos musicales, de amigos, de forma de vestir, de maneras de pensar...
El instituto y la adolescencia son lo que tienen, que te cambian sin darte cuenta. Cuando piensas que todo lo sabes y nadie tiene la razón, sólo tú. Después echas la vista atrás y descubres como era en realidad todo y lo equivocada que estabas.

Muchas veces pienso en que no debería volver a fantasear con mi futuro ni con el de nadie, pero siempre acabo cayendo en la fantasía y volviendo a fallar. Pero la vida es lo que tiene, un día estás rodeada de las cosas y las personas que quieres, y al día siguiente te ves sin nada y sin nadie.

Ahora llevo 6 años fuera de casa, estudiando una carrera que cada día me gusta más, aunque me lleve mucho trabajo sacarla.
Y tengo una doble vida: una aquí en Ourense, con familia más que amig@s, colegas, marcha y estudios; y otra vida en A Estrada, donde tengo todo eso y algo más...

Me encantan mis dos vidas, por separado, no se mezclan. Cuando los problemas en Ourense me llegan a la coronilla me voy para A Estrada y me relajo, y viceversa.
Es la mejor manera de olvidarse de todo por unos instantes, cambiar de vida, pero no de personalidad.

Y desde aquí doy las gracias a todos los que hacen que mis dos vidas me hagan vivir.
A mis amig@s, aunque algunos estén lejos durante meses, aunque algunos no los vea durante años, aunque muchos sean de pega :) a todos vosotros, gracias.

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Pregunta del día: ¿Qué pasará hoy?
Frase del día: Las preocupaciones acaban por comerse unas a otras, y al cabo de diez años, uno se da cuenta de que se sigue viviendo.
Canción del día: Heaven (slow version) - DJ Sammy