“Ya ves, como siempre�
El coche parece otro. Hace tiempo que no lo veo y no parece ya el mismo. Está impoluto, brillante. Su nueva radio suena genial con el equipo de música que tiene.
“Tienes el coche hecho una patena, ¡parece mentira!�. Él siempre ha sido un poco descuidado con esas cosas.
“Pues sÃâ€�, me dice sonriendo, “¿sorprendida?â€�
“SÃ, mucho, cada vez más sorprendida. ¿A dónde vamos?â€�
Lo miro detenidamente. No me contesta, pero sigue sonriendo. Me encanta su sonrisa, siempre me ha gustado, me tranquiliza.
La carretera nos lleva a un cruce. Él coge hacia la derecha y sigue avanzando. Cuanto más llevamos en el coche más me pregunto a dónde nos dirigimos. Estoy impaciente.
De pronto el coche se para. Nos hemos detenido delante de una especie de precipicio.A lo lejos se ve una pequeña isla en medio de la rÃa y un poquito más atrás el sol cruzando el horizonte más rojo y vivo que nunca.
Me bajo del coche.
Al fondo del despeñadero se ve una pequeña playa muy rocosa. Hay una pareja jugando a las palas y unos niños bañándose.
“El agua tiene muy buena pinta para bañarseâ€�, le digo mientras él sigue en el coche, “seguro que está buenÃsima".
Dentro del coche se le ve. Parece tranquilo, relajado, siempre sonriente. Abre la puerta y sale del coche.
“Vamos�, me dice mientras va bajando el despeñadero hacia la playa.
“Pero si yo no…â€�, le contesto mientras lo veo bajar, pero él hace oÃdos sordos y no vuelve. Tendré que bajar.
Al llegar a la arena me descalzo. Está caliente.
Desde la playa si se mira bien a lo lejos se pueden ver una pareja de delfines en plena merienda. El sol se está poniendo y la vista es espectacular. La gente se está yendo.
De pronto siento una mano que me rodea la cintura y alguien pega su cuerpo contra mi espalda. Me giro hacia atrás.
“Esta playa es preciosa�, le digo.
Ahora estamos frente a frente. Es un poco más alto que yo y tengo que levantar la vista para ver sus grandes ojos castaños. Se acerca lentamente a mi y me besa suavemente. Siento sus labios húmedos sobre los mÃos.
Es una sensación muy agradable.
Me quita lentamente la camiseta y me desabrocha el bikini. Comienza a besarme el cuello mientras yo hago lo mismo con él.
Nos tumbamos en la arena y siento una mano subiendo entre mis piernas. Yo comienzo a desabrocharle el pantalón y el baja mi falda poco a poco. S
eguimos besándonos, cada vez con más intensidad y pasión, cada rincón de nuestro cuerpo, nos tocamos, nos acariciamos.
Lo siento dentro de mÃ, una y otra vez. Necesito gritar desesperadamente. Y lo hago, exhalo un grito de placer.

Y todo se acabó.
Me quedo tumbada en la arena, abrazada a él, contemplando el atardecer y las barcas de los pescadores en plena faena.
No sé cuando ni donde te volveré a ver, ni siquiera sé porqué ha pasado esto.
Pero disfruto el momento a su lado.
Pronto acabará mi dÃa con él.
Ha sido como esperaba, incluso mejor.
Ha merecido la pena.
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Pregunta del dÃa: ¿Hasta cuándo?
Frase del dÃa: "Es sincero el dolor del que llora en secreto" Marcial
Canción del dÃa: Soldadito marinero - Fito & Fitipaldis
4 comentarios:
Bien. Ya era hora de un capitulo porno :P. Espero que los protagonistas hayan tomado precauciones, que a saber lo que puede pasar...
Me parece muy buen truco lo de "¿Quedamos?. Pos ala, a la playa. Pos ala, ahora te quito la parte de arriba. Pos ala, ya que estamos.... ;)
Una pena que yo sea incapaz de hacer esas cosas, por que con el coche bonito que tengo, que te lleva a cualquier parte aunque vuelvas en grua... Y con lo que me gusta la playa. Y con lo que me gustan las mujeres....
Que injusta es la vida ehhhh :)
Eso de que eres incapaz de hacer esas cosas... habrÃa que verlo, yo tampoco soy capaz :p
Y descuida, que los protas lo que se dice tomar precauciones tomaron (demasiadas creo). En fin.
Besiños.
hummm, que gustito...
Jajaja.
Sip, mucho... :p
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