Mi zona 0

Ayer entré en la zona 0.
Estaba fría, oscura, no había nada alrededor. Ni un sólo indicio de que hubiese existido vida anteriormente allí.

Me sentí mal, sola.
Miraba alrededor y todo era caos y desastre. Una gran explanada de destrucción estaba ante mi.
No pude superarlo. Mis rodillas se doblaron instintivamente y me desplomé. Mis manos hicieron un alarde de valentía y controlaron mi caída, pero se llevaron la peor parte. Unas brechas enormes se hicieron paso entre los surcos de las palmas y pronto comenzaron a sangrar.

Una lágrima corrió por mi mejilla derecha. No era dolor físico, todo lo contrario. Lo que más me dolía era el corazón. Latía muy fuerte, intentaba escapar de mi cuerpo en cada palpitación.
A duras penas se fue calmando.
La soledad de aquel lugar, la tristeza, la amargura se fue apoderando de mi.

La noche estaba cayendo. Yo seguía allí, en el suelo, sola.
Noté algo en mi hombro. Giré la cabeza y vi una mano.
Sentí su calor, su acercamiento, su amistad. Sin decir una palabra, ofreció su palma a la mía y me levantó.

Ya de pie, su brazo recorrió mi espalda y me sacó de allí.

Gracias a esa mano, a ese brazo, a ese calor estoy aquí de nuevo.
No sé que pasaría si echase mucho tiempo más en ese lugar, quizás me acabaría acostumbrando. No quiero pensarlo.
Estoy aquí y es lo único que importa.

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Pregunta del día: "¿Es culpa mía?
Frase del día: "El que mucho dice no es el que más sabe..."
Canción del día: White flag - Dido