Ay... esas oportunidades... (cap. 4)

En capítulos anteriores: capítulo 1, capítulo 2, capítulo 3.

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Me despierto en mitad de la noche.

Me levanto y voy a la cocina a beber un vaso de agua. Él se ha quedado dormido en el sofá. ¿Se daría cuenta?, pienso, no, no puede ser.


Abro la nevera.


Siento el frío que sale de ella en mis piernas desnudas.
Me gusta esa sensación y me quedo quieta ahí unos segundos.

Cojo el agua y bebo un trago directamente de la botella, ¿para qué manchar un vaso?

Cierro la nevera y me dirijo a mi habitación.

Me quedo frente al salón observándolo.
Pobre, se ha quedado frito en muy mala postura. Mañana tendré que darle un masaje, pienso mientras busco una manta.

Me acerco a él y le echo la mantita por encima. Por lo menos que no le coja el frío.

Vuelvo a mi cama deshecha y fría.
Me recuesto poco a poco y empiezo a pensar en todo lo que ha pasado hoy. Miro el reloj de la mesilla de noche. Las 04:43. Mejor será dormir...

Pero no lo consigo.

Doy vueltas y más vueltas en la cama y mis ojos no quieren cerrarse.
Sigo pensando en la playa, en el coche, en Él.

Para mi ya no es un juego, ya no es una simple bromilla quinceañera.
Pero eso Él no lo sabe.

¿Qué hago ahora? ¿Qué haré con Él?

Mis ojos siguen abiertos, como platos. Ya no tengo sueño, pero necesito dormir. Mañana tendré que ir a trabajar...

Instintivamente cierro los ojos y me imagino que estoy con Él, en su cama, durmiendo abrazado a mi. La sonrisa tonta vuelve a mi cara después de unas cuantas horas. Mañana lo llamaré.

Entro en un profundo y placentero sueño... Y es muy dulce.

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Pregunta del día: "¿por qué?"
Frase del día: "Apenas dices nada, y nada es suficiente" El sueño de Morfeo.
Canción del día: Mariposa Traicionera - Maná